El 8 y 9 de junio en Colombia conmemoramos el día del estudiante, recordamos a todos aquellos estudiantes que han muerto peleando sus derechos, la justicia y la verdad. Hoy 8 de Junio de 2011 recordamos 57 años de los hechos ocurridos en Bogotá donde estudiantes de la Universidad nacional fueron agredidos por protestar contra el gobierno del entonces presidente dictador Gustavo Rojas Pinilla. Desde ese momento es reconocido el proceso de los movimientos estudiantiles que han defendido su derecho inalienable a la educación.
Dentro de los movimientos estudiantiles ha sido fundamental el trabajo no sólo de los estudiantes de las universidades oficiales sino también el de los colegios y escuelas públicas del país. La ciudad de Cali, fue un lugar fundamental para el movimiento estudiantil, donde las escuelas comenzaron a ser centros de asambleas y debates, y los estudiantes no acallaban su deseo de pensar y defender la educación pública, de exigirla con calidad e igualdad de condiciones para todos. Sin embargo, es precisamente hoy el momento para reflexionar sobre el rol del estudiante actual: ustedes.
Lejos estamos de aquellos días en los cuales sin importar el nombre de la institución se encontraban los estudiantes dispuestos a dar el todo por el todo para defender lo público, lo del pueblo. Hoy por el contrario colegios y escuelas que antes eran hermanos se enfrentan a roca, cuchillos, ya no es la injusticia su enemigo, entre ellos mismos se ven como tal, ahora importa más el color de la camiseta que el anhelo de la dignidad.
Es precisamente hoy momento de replantearnos la lucha estudiantil, es necesario volver a rescatar a esos lideres estudiantiles capaces de juntar a sus compañeros para defender las buenas causas, máxime hoy cuando para nadie es un secreto el proceso de privatización y mediocrización de la educación pública que se viene adelantando en el país y en la ciudad. No somos los docentes quienes solos vamos a luchar por unas mejores condiciones educativas, por mayor inversión, inclusión, calidad, etc…ustedes deberán acompañarnos en esa reivindicación, que es la suya, y la de los pueblos que se levantan para defender lo que por derecho les corresponde.
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